Un sueño de calidad es esencial, pero factores como la temperatura ambiente pueden afectarlo significativamente. Los expertos recomiendan una temperatura ambiente de entre 15 y 19 °C (60 y 67 °F) para un descanso óptimo, ya que las temperaturas más frías favorecen la producción de melatonina y el proceso de enfriamiento natural del cuerpo.
Los ventiladores, si bien proporcionan un flujo de aire, pueden no reducir eficazmente la temperatura y pueden causar incomodidad si hacen que la habitación esté demasiado fría, lo que provoca interrupciones del sueño. En su lugar, considere usar ropa de cama transpirable, ropa de dormir liviana e invertir en colchones refrescantes.
Las alternativas como las máquinas de ruido blanco o los humidificadores pueden crear un ambiente relajante sin afectar la temperatura ambiente. Priorizar estos factores ayuda a garantizar un sueño más reparador, que lo dejará renovado y listo para el día.