Mi marido infiel me dijo que soy horrible y…

A los 67 años, la confianza de la narradora se hizo añicos con el cruel comentario de su marido: “Nadie más podría soportar mirar esa cara horrible”. Este comentario hiriente le hizo darse cuenta de que su amor se había desvanecido y se sentía con derecho a maltratarla. Decidida a tomar el control, planeó cuidadosamente su respuesta. Durante los siguientes días, jugó el papel de esposa perfecta (cocinando, limpiando y respetándolo) mientras reunía en secreto pruebas de su infidelidad con la ayuda de un investigador privado. Cuando Martin regresó a casa, ella expuso la prueba de su traición delante de sus hijos, dejándolo atónito. Pero el castigo no terminó allí. Ella informó de su aventura a su empleador,

lo que llevó a que lo despidieran por mal uso de los recursos del trabajo. También congeló sus cuentas conjuntas, tomó el control de su casa y solicitó el divorcio, con pruebas sólidas para respaldar su caso. Toda la terrible experiencia la ayudó a redescubrir su autoestima. Comenzó a salir con alguien de nuevo, se reencontró con viejos amigos y encontró fuerzas para seguir adelante. Mientras tanto, Martín intentó disculparse, pero ya era demasiado tarde. Aprendió que la edad es solo un número y que las mujeres tienen una resiliencia increíble, especialmente cuando enfrentan una traición. La experiencia le enseñó a nunca dejar que nadie disminuya su valor y a brillar siempre, sin importar las circunstancias.