Es un padre que cuida solo de sus tres hijos. Desde hace cuatro meses viven en la calle en una tienda de campaña improvisada. Un día vio algo perturbador en una gasolinera: un hombre no podía pagar y la gente que lo rodeaba se burlaba de él en lugar de ayudarlo. El padre le dio al hombre sus últimos dólares para cubrir sus gastos, aunque él mismo no tenía hogar. Al día siguiente, dos jeeps se detuvieron junto a su tienda de campaña. Alguien de la multitud se le acercó y le dio una carta. Se puso pálido al leer lo que había dentro. La carta tenía noticias inesperadas.
Recuerde siempre que hay esperanza al final del túnel, no importa lo aburridas que parezcan las cosas. Hace poco, una persona amable renunció al almuerzo de sus hijos para ayudar a un extraño. Esta persona nos mostró esperanza. Sean solía ser gerente y se ganaba bien la vida. El apartamento que compartía con su esposa e hijos era agradable. Las cosas iban bien hasta que su esposa enfermó. Debido a su enfermedad, tuvo que permanecer en el hospital durante mucho tiempo y recibir tratamientos costosos, por lo que Sean tuvo que vender su casa.
Incluso en ese momento, su esposa no sobrevivió. Murió, dejando a Sean y a los niños atrás. Después de dejar su trabajo para cuidar a su esposa moribunda, Sean y sus hijos se quedaron sin un lugar donde vivir. Tuvieron que mudarse a una tienda de campaña en una comunidad y tenían problemas económicos. También le costaba encontrar trabajo y solo podía trabajar a tiempo parcial mientras sus hijos estaban en la escuela.