El obituario de Kathleen Dehmlow, publicado por *The Redwood Falls Gazette*, atrajo rápidamente la atención pública y la indignación debido a su sorprendente contenido. Aunque comenzó como un homenaje típico, el obituario pronto reveló animosidades familiares profundamente arraigadas. Los dos hijos adultos de Kathleen utilizaron la plataforma para expresar quejas personales, que culminaron en una frase final que sorprendió a los lectores. El obituario finalmente fue eliminado del sitio web del periódico después de una reacción generalizada, pero para entonces, ya se había vuelto viral. Un miembro de la familia, Dwight, confirmó el contenido del obituario y explicó que Kathleen había cometido “un error importante hace seis décadas”, pero había mostrado remordimiento. Criticó al autor del obituario por airear públicamente cuestiones familiares, argumentando que “infligiría un sufrimiento considerable a numerosas personas”.
A pesar de la controversia, el periódico defendió su decisión de publicar el obituario, afirmando que no había “ninguna prohibición legal” contra su contenido. El director ejecutivo mencionó que sus socios periodísticos “mantienen altos estándares de contenido” y tomaron las quejas en serio, prometiendo una revisión exhaustiva del obituario.
Este incidente pone de relieve cómo los obituarios, tradicionalmente concebidos como homenajes respetuosos, a veces pueden convertirse en plataformas para conflictos familiares no resueltos y revelaciones sinceras, con el potencial de causar importantes repercusiones públicas y privadas.