Molly, una joven de 17 años con una discapacidad, estaba desconsolada por la pérdida de su madre y la perspectiva de asistir sola al baile de graduación. Pero cuando su padre, Danny, de quien estaba distanciada, reapareció inesperadamente en el funeral de su madre, las cosas comenzaron a cambiar. A pesar de sus dudas, Molly se mudó con él, y Danny, a quien solo conocía por la manutención de los hijos, hizo esfuerzos por conectarse, incluso aprendió a trenzarle el cabello.
Cuando ningún chico la invitó al baile de graduación, Danny se acercó y la llevó él mismo. Llegó en su camioneta y la llevó con orgullo, moviendo a todos los asistentes. Conmovidos por su devoción, los padres que estaban en el evento luego le enviaron a Danny un cheque de $10,000 como regalo de “Padre del año”. Con sus ahorros y el regalo, pagó la cirugía que necesitaba Molly. El amor y los sacrificios de Danny le permitieron a Molly abrazar su futuro con una confianza renovada.