Debido a que la mayoría de las infecciones de oído pueden curarse por sí solas, muchos médicos adoptan una estrategia de “esperar y ver”. Los niños recibirán medicamentos para aliviar el dolor sin antibióticos durante unos días para ver si la infección mejora. Los antibióticos no se recetan de manera rutinaria porque: no ayudan con una infección causada por un virus.
Los síntomas de una infección de oído generalmente comienzan rápidamente e incluyen: 1) dolor dentro del oído. 2) fiebre alta. 3) náuseas. 4) falta de energía. 5) dificultad para escuchar. 6) secreción que sale del oído. 7) sensación de presión o plenitud dentro del oído. 8) picazón e irritación dentro y alrededor del oído.