En un desgarrador incidente ocurrido cerca de Little Rock, Arkansas, Bret Winingar y su hijo, Zach, se convirtieron en héroes cuando descubrieron un viejo transportín para perros durante un paseo en motocicleta. Su curiosidad los llevó a ver una imagen impactante: un perro gravemente desnutrido atrapado en el interior, rodeado de suciedad.
Sin dejarse intimidar, el compasivo dúo regresó con suministros, comida y agua para la afligida perrita. La llamaron cariñosamente Charlie Bravo.
El transportín, lleno de heces, fue testigo de la lucha de la perra, que había mordido un agujero en su cuerpo para intentar liberarse. Abrumada por la gratitud, Charlie Bravo expresó su agradecimiento incluso antes de llegar a la seguridad de su nuevo hogar.
El primer acto de cuidado de Bret y Zach fue cortarle las enormes garras a Charlie Bravo, un doloroso resultado del tiempo que estuvo en confinamiento. Este conmovedor rescate sirve como recordatorio de que, incluso frente a la crueldad, hay personas compasivas listas para ser la voz de los que no la tienen.