Dieciocho años después de la trágica muerte de su hija Penny en un accidente en un parque de diversiones, el esposo de Darcy, Abraham, finalmente la confronta con una pregunta que ella temía: “¿Cómo sobreviviste cuando mi hija no lo hizo?” La verdad que ha enterrado durante casi dos décadas emerge: Darcy se había bajado de la atracción antes de que comenzara, dejando a Penny sola.
Penny, de solo siete años, le había rogado a Darcy que se quedara, pero Darcy, abrumada por un ataque de pánico, le pidió a otra mujer que se sentara con ella. Darcy ha vivido con esta culpa todos los días desde entonces, atormentada por las últimas palabras de Penny: “No me dejes”. Durante años, no pudo obligarse a decírselo a Abraham, temiendo que lo destruyera.
Abraham, ya destrozado por la pérdida de su hija, está devastado al saber que Penny estaba asustada y sola en sus últimos momentos. Sin embargo, en lugar de reaccionar con ira, Abraham expresa su dolor, no por Darcy, sino por el hecho de que ambos habían soportado ese dolor solos durante tanto tiempo. Al final, la familia se une (Darcy, Abraham y su hijo Eric) y se abrazan, reconociendo la pérdida compartida. Aunque no pueden deshacer el pasado, encuentran algo de consuelo en los brazos del otro, unidos por su amor por Penny y el dolor no expresado que todos han estado soportando.